28.1.11

Amor, ardor eterno.

Inspirado en los clasicos de Shakespeare cuyas manos llenas de tinta escribieron la mas bella poesia jamas creada. 

- El: Ah, cuanta dicha, cuanta hermosura, cuan bella es tu mirada más allá de tus ojos; mirada que me hipnotiza y me quita el poder sobre mi cuerpo. Mi pecho encendido en fuego ardiente que quema mi garganta dejándome sin habla y con sus llamas incinera mi alma quitándome el aliento en un breve único suspiro.

- Ella: Basta, no digas más palabras, mi pecado no lo merece.

- El: ¿Pecado? ¿Llamas pecado a tu belleza o a tu hechizo que me ha atado de manos y debilitado mis rodillas teniéndome aquí incado y rogando a tus pies por tu cariño?

- Ella: No es hechizo sino brujería, magia negra hecha por una bruja para desangrar tu corazón lentamente.

- El: Así seas súbdita del diablo como ángel te ven mis ojos y os ruego no te detengas pues si no eres tú quien rompe mi corazón entonces seré yo mismo quien con arma blanca lo atraviese lentamente.

- Ella: ¿Acaso disfrutas del sufrimiento?

- El: Sufrimiento sería para mí tenerte lejos.

- Ella: ¡Basta! Tus palabras atormentan mis oídos.

- El: ¿Te causo dolor?

- Ella: Tanto que me es difícil contener las lágrimas.

- El: No entiendo por que algo tan puro llama a tu llanto.

- Ella: Entonces eso lo empeora pues significa eres libre de pecado y por ello jamás has sentido tal culpa. Mi alma es indigna y sucia, miserable ante la tuya. No merezco tu respeto y mucho menos tener tu amor en mis deformes manos.

- El: Si el problema es mi pureza entonces pecaré.

- Ella: Por una causa así solo te haría más noble.

- El: Entonces con mis labios robaré tu pecado y lo haré mío.