17.10.10

Inminente

 Esta "historia" esta basada en 4 sueños de 4 personas diferentes (incluyéndome). Cuando dijimos nuestros sueños no sabíamos para que era y casualmente tres de nosotros contamos una pesadilla, al unirlos nació esto

http://estaticos02.cache.el-mundo.net/elmundo/imagenes/2005/02/13/1108277489_0.jpgGrité, mi corazón latía más rápido que nunca y no podía borrar de mi mente la imagen del rostro de mi madre, sufría, agonizaba. Yo sudaba por el calor del fuego y no me acostumbraba la idea de que era solo un sueño. Es que era tan real, el edificio en llamas y yo viéndolo, sabiendo que ella estaba allí, sabiendo que no podía salvarla, habiendo tenido el mismo sueño que no me dejaba dormir todas las noches. Entonces me di cuenta de que seguía estando en el piso de arriba de ese autobús turístico al cual mi hermana - la guia - me había invitado.

Ella señalaba cada monumento y cada pueblo al mismo tiempo que el viento jugaba con los risos de mi hermanita, o como me gustaba llamarla desde que eramos niños "ratita". Yo no lograba entenderla mucho pero aun así seguía intentando y veía a donde ella señalaba, por ejemplo, esas casas que apenas se divisaban desde allí y con las cuales me distrage por completo.

En ese instante se escuchó el escalofriante y seco sonido de un disparo que me hizo volver en mi. Tenia la piel de gallina ¿Que pasaba? no lo entendía. El agonizante cuerpo de mi primo se retorcía a mi lado.
"Fallé" Dijo una voz "Era al de la gorra, idiota" dijo otra.

¿Al de la gorra? el único con gorra allí era... ¡Era yo! Se me congeló la sangre y mi corazón se paralizó por completo, sentía como la calle se parecía hacer más y más larga como resultado de mi miedo. Otro disparo, venían de los lados del autobús, eran dos motorizados que nos tenían acorralados, desesperado salté impulsivamente por la parte de atrás esperando que mis perseguidores no lo notaran y poder escapar pero no preví lo inminente. 

Justo cuando salté sentí que volaba, la calle desapareció y comencé a caer en ese infinito, frió y oscuro agujero.

Nunca tuvo un nombre... Algo que encontré en mis recuerdos

Esto lo escribí a los 14 años y apenas recordaba que existía. Cuando lo encontré hace pocos días me pareció muy interesante ver como mi redacción e incluso inspiración habían
cambiado tanto, es como mirarme a mi misma en un espejo pero en el pasado ¿me explico?. En realidad casi no recordaba lo que me había llevado a escribirlo pero si se que no estaba deprimida en ese momento a diferencia de lo que muchos pueden pensar, solo expresé mi realidad y mi forma de pensar en aquel momento por medio de metáforas y podría decir que esta fue la primera vez que realmente plasmé en una hoja lo que no me atrevo a expresar en voz alta.

    No se escuchaba  más que la tenebrosa brisa que pasaba entre las ramas de los arboles moviéndolas y haciéndolas chocar unas con otras, susurrando aquel escalofriante e insoportable ruido que produce terror a cualquier ser viviente capaz de sentir o pensar. El movimiento conjunto de las sombras de los arboles unido a los sonidos que dicho movimiento producía hacían parecer que había una parecencia infernal, la cual, a ciencia cierta, no se podía saber si existía o no,

    Facilmente podía sentirse el aire de desaparición cuando sobre su cabeza comenzaron a caer una tras otra pequeñas gotas de un intenso color rojo carmesí, las cuales resvalaban por las hojas desde las mas altas hasta caer en el suelo, o en este caso, en sus negros cabellos.

    Al ver la sangre supo inmediatamente que iba a morir y notó que nada valía la pena en ese instante, su muerte no se haría notar si ocurría ahí y de esa forma ¿Valía la pena luchar por vivir?

    Continuó soplando el viento, cayendo la sangre, desgorrándose las esperanzas que alguna vez existieron, hasta que de repente fue demasiado tarde.


Creo que no era muy optimista en ese momento... 
...o  estaba pasando por algo difícil.

De Donde Viene La Nieve

Inspirado en la canción de Laura Pausini "Alzando Nuestros Brazos"


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioLnbDg9dggT6imMzKBQTFgB62s6x8k3KRdbvJQzyBm_56BYw-gYwzO9Ntna2BsFcn52fn6qeEkkoxK8lLP-hbXG_PHL8_UeCq9ord_RW_SyUFmGmKUZdF3T26QHwbx-FNCkGXEFR_RDzK/s320/lluvia+tras+el+vidrio.jpgLas gotas de lluvia caían y resvalaban por el empañado vidrio de mi auto, chocando unas contra las otras de manera desordenada y haciendo parecer que era una pelea lo que ocurría entre ellas. El limpia parabrisas apenas lograba quitar el agua de mi vista por dos segundos así que no ayudaba demasiado a mi visión del camino y mientras los cristales líquidos seguían cayendo aquella fría y húmeda mañana, yo sentía una estaca clavada en mi garganta que no me permitía hablar ni me dejaba tragar el llanto que por algún motivo había despertado conmigo ese día.
Siendo sincera no era aquella la primera vez que despertaba con este sentimiento, yo era una mujer sola, viuda y sin hijos a los treinta años de edad y el sentir ese agujero negro en el pecho es algo que ninguna mujer debería vivir.

Entonces comencé a ver a través de la lluvia una imagen borrosa, como una pequeña nube de varios colores que caminaba a mi lado. Bajé el vidrio y vi, junto a mi, a un niño de no más de 6 años. Su camisa empapada y rota junto con su jean en las mismas condiciones eran lo único que lo cubrían de la lluvia, su mandíbula temblaba por el frió, su nariz esta roja y su mirada baja; aquel niño inspiraba en cualquiera el mas profundo sentimiento de lástima.

Le pregunté a donde iba, él no dijo nada.

- ¿Donde están tus padres? - dije. El se mantuvo callado un momento y luego, con una entrecortada y muy aguda voz contestó "No tengo"

Mi corazón se entumeció, aquella frase me hizo olvidar todo lo que a mi me pasaba. Le dije al pequeño que subiera y lo lleve a casa, "al menos hasta que deje de llover" pensé.

- Mi nombre es Alejandro - Comenzó a comentarme el niño que estaba sentado a mi lado - Me llaman Ale y... estoy buscando el lugar de donde viene la nieve.

De sus brillantes ojos con pestañas larga brotaron un par de lágrimas. Él era tan débil e indefenso, sentía la necesidad de protegerlo, como una desesperación; y sus lágrimas hicieron que la estaca en mi garganta se clavara aun más. Me aferré al volante e intenté disimularlo.

- Mi abuela me decía que alzara los brazos cuando nevaba porque los copos de nieve eran las caricias de mi mamá que me ve desde el cielo.

Yo estaba a punto de llorar con él. Mi corazón latía tan rápido como el aletear de un colibrí e intentando no pensar en la estaca musité "lo siento pero estamos en junio , es imposible que nieve"

- Pero esta lloviendo - contestó - mamá llora porque no puedo encontrar la nieve.

Llegamos a casa, tomo una ducha y le di un conjunto que pensaba regalarle a mi sobrino. Ale se quedo dormido en la sala y a la mañana siguiente lo único que había sobre el sofá eran unos cuantos copos de nieve. Espero verlo de nuevo algún día para preguntarle si logro encontrar de donde viene la nieve.