22.10.13

"Porque Así Debe Ser" Relato de un niño


¿Por qué los adultos son tan extraños?


  Siempre he sido una persona muy observadora, incluso a veces logro ver cosas que los demás, aunque lo intenten, no notan. Creo que es porque toda mi vida me he negado a creerle a los adultos cuando me dicen que algo no existe o que está mal. 

    Los adultos son muy extraños, suelen decir cosas como “Cuando seas grande lo entenderás” pero yo creo que los que no entienden son ellos. Cuando los adultos hacen las cosas no les importa si es lo correcto o no, si es lo que hará feliz a más gente o no, en muchos casos tampoco les importa lo complicado que puede ser; todas sus decisiones las toman por el mismo motivo: “Porque así debe ser”. Yo creo que esa es solo una excusa, que solo lo dicen para no decir la verdad porque ésta los avergüenza. 

        Una vez estaba viendo la televisión con mi madre e interrumpieron el programa por una noticia de última hora. El ancla de noticiario decía “La guerra entre estos países…” – cuyos nombres no recuerdo y tampoco son relevantes – “…ha dejado como consecuencia millones de damnificados y una cantidad significativa de muertes…” Como había muchas cosas de esa noticia que yo no entendía comencé a preguntar.

 – Mamá ¿Qué son damnificados?

 – Son personas que han sufrido un daño muy grave. 

– ¿Y por qué? – Seguí preguntando como cualquier niño curioso haría.

– En este caso ¬ Contestó mi madre con mucha paciencia – Porque esos dos países están peleados y cuando uno ataca al otro le hacen daño a la gente y destruyen sus casas. 

     Me quedé pensando en silencio durante un momento. Mientras más preguntaba más dudas venían a mi cabeza. 

 – Mamá… 

      Mi madre intentó disimular un gesto de impaciencia; ya se estaba aburriendo de mis preguntas, pero, como buena madre, intentaba explicarme amable y correctamente todo aquello que no comprendía. 

– ¿Toda la gente que vive en esos países está peleada? 

– No, solo los presidentes. 

– ¿Y ellos por qué pelean? 

 – Pelean porque piensan diferente y quieren que el otro piense igual o haga las cosas de la misma manera. 

       Callé otra vez. Cada vez entendía menos. Después de un buen rato en silencio intentando comprender lo que a mi madre le parecía tan razonable finalmente dije: 

– Esos presidentes son unos idiotas 

     Mi madre se horrorizó al escucharme decir tal barbaridad, sus ojos se abrieron como platos y tomó aire preparada para reprenderme; sin embargo, yo la interrumpí y continué hablando con mucha firmeza. 

– Todo el mundo piensa de manera distinta. Sería una tontería esperar que todos fuésemos exactamente iguales. El mundo sería aburridísimo. 

     Las palabras de represaría se habían quedado atascadas en su garganta. Ella, estupefacta, no sabía cómo contradecir mi afirmación. 

– Y no son sólo idiotas, también son cobardes y egoístas – Continúe – Aunque tuviese sentido pelear por algo así, entonces son los presidentes quienes deberían lanzarse bombas entre ellos en lugar de hacerle daño a la gente que no tiene nada que ver con sus problemas personales. Deberían resolver sus problemas ellos mismos. 

     Mi madre no sabía que decir pero se veía que no estaba del todo de acuerdo.

 – Yo también pienso distinto a ellos, entonces deberían pelear conmigo también – Concluí 

     Hubo unos segundos de silencio. Yo permanecía firme con respecto a lo que acababa de decir. Para mí no había una verdad más lógica que esa. Mi madre, en cambio, parecía consumida por la confusión. 

– Es… Es complicado – Me contestó ella finalmente y luego no volvimos a hablar del tema. 


     Cuando los adultos hacen las cosas no les importa si es lo correcto o no. Ellos siempre dicen que hacen las cosas de esa manera “Porque así debe ser” pero yo sé que esa no es la razón. Ellos toman sus decisiones sólo por dos motivos: Por miedo y por orgullo. 

      ¿Por qué los adultos son tan extraños?

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